Mostrando entradas con la etiqueta Poesía. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Poesía. Mostrar todas las entradas
0 coments

Alucinación


Te aluciné, cuando cerré los ojos, cuando tu lo hiciste, y nos encontramos en una ciudad fantasma destinada más que para los dos. Caminamos del a mano hacia el cementerio a conversar con nuestros antepasados, besándonos hasta el término de la tarde, y la oscuridad te envolvió como una vestidura tuya. Te aluciné embebida en mis brazos, danzando desnuda sobre la tumba al son del fuego sobre una pila de huesos que la luna había lanzado a través de un rayo fluorescente. Estabas tu allí, feliz danzando para mí, luego acurrucándote en mis brazos, y miles de orbes te rodeaban, y las lápidas crujían y los polstergeist arrimaban todo para nosotros mientras nos revolcábamos encima de los cadáveres, vestidos más que en la oscuridad, en un lento frenesí, rítmico y cegador del que estuvimos hasta la eclosión. Cuando salió el sol aferraste tus montes desnudos hacia mi pecho, me tomaste del cuello y me susurraste con frenesí. Cuando salió el sol, antes de convertirte de nuevo en roca, con tus ojos grises y tus labios negros no cesaste de gritarme !no me dejes! ¡te amo! ¡te amo!

0 coments

Necrofilia (Dos Relatos Cortos)


I
Los colegas médicos recibieron un fax que les comunicaba que una patóloga de la Morgue Central no podía practicarle la necropsia a un cuerpo que le habían traído. Grata fue la sorpresa cuando los médicos acudieron en su ayuda: la necropsia había sido llevada con éxito. Cuando sus colegas inspeccionaron el cadáver, algo les pareció un poco inusual para alguien que no era una principiante: llevaba el rostro tapado. Al principio, los médicos imaginaron que el rostro de aquel hombre le causaba tanto pavor a la patóloga que le había tapado la cara para poderlo operar.
 ―Algo de verdad está en lo que dicen, colegas ―contestó ella―.  El cuerpo que ahora tienen en la mesa es el de mi padre. Verlo me imposibilitaba operar. Cuando evité su cara, al fin y al cabo, el cuerpo de mi padre se convirtió en uno común y corriente.



II
Los policías arrestaron a un psicópata hallado in fraganti abusando sexualmente de una indefensa mujer dentro de los depósitos del Hospital Lorca, en el distrito de San Juan. Tras ser procesado en la comisaría, el hombre ha sido puesto en libertad. ¿El por qué de la indulgencia?  Se llama Ted Sturgis y es médico de la unidad de emergencias de dicho hospital. Al no encontrársele culpa de gravedad, simplemente ha sido sancionado con un alejamiento parcial de sus labores. La mujer del agravio se trata de su esposa. Aprovechando de la distracción de sus colegas, el señor Sturgis, poseído por un ataque de su libido, descendió hasta la sala donde se encontraba su concubina, que por cierto, ya lo esperaba desnuda. La prensa ya podría imaginarse la escena. La señora Sturgis permanecía en ese lugar muerta desde hace una semana.